Eventos de Arte
Witjens, entre Holanda y Argentina
Abandonar en plena madurez artística y vital un entorno paisajístico creado en gran medida por el hombre que lo habita, para pasar a residir en el escenario ilimitado de una geografía monumental y plena de espacios abiertos, configura toda una aventura sustancial, con ribetes de íntima epopeya.
Ese fue el desafío que Adrianus Hendrikus Witjens, más conocido por el "Jacques Witjens" con el que firmaba sus telas y cartones, encaró hacia 1920 cuando con su flamante esposa dejó su Holanda natal para establecerse en Buenos Aires. Atrás quedaban casi cuarenta años repartidos entre La Haya de su infancia y juventud, y Harlem y Utrech donde consolidó su personalidad artística. Enrolado en el cultivo del paisaje como género casi excluyente de su labor, fue marcado significativamente por los cánones de la "Escuela de La Haya". De ella trajo, como bagaje singular, una paleta de colores suaves que se abrían con gamas sutiles y de la que se excluían, por meditada decisión, los contrastes enérgicos y las profundidades sombrías.
Durante los treinta y cinco años que vivió entre nosotros, Jacques Witjens alternó sus afanes de artista entre el descubrimiento permanente de la tierra nueva, a la que recorrió con el entusiasmo de un pionero, y la nostálgica recreación del paisaje perdido.
Playas abiertas, senderos serranos, quietos riachos del Delta, fueron los escenarios preferidos, en los que mínimas anécdotas colocan a la figura humana como dato que dimensiona aún más la magnitud del paisaje americano. La contracara de este segmento espléndido de su obra son los breves canales, los puertos, los molinos y las iglesias plantadas en las tierras bajas de la Holanda que había quedado atrás.
Este contraste aparente queda revelado como mero índice clasificatorio cuando de la contemplación de la labor plástica de Witjens surge con firmeza un único mensaje: su amor por el paisaje, no ya como "absoluto" panteísta, sino como escenario sublime para la aventura del hombre.
El espléndido conjunto de obras que en esta ocasión presenta Estudio Garrido Abogados nos brinda la oportunidad de penetrar en el mundo sutil de Jacques Witjens y aprehender de él la síntesis magistral que, formas y colores mediante, supo plasmar de los dos mundos en que repartió su vida.
Adrian Gualdoni Basualdo
Junio de 2012
Ese fue el desafío que Adrianus Hendrikus Witjens, más conocido por el "Jacques Witjens" con el que firmaba sus telas y cartones, encaró hacia 1920 cuando con su flamante esposa dejó su Holanda natal para establecerse en Buenos Aires. Atrás quedaban casi cuarenta años repartidos entre La Haya de su infancia y juventud, y Harlem y Utrech donde consolidó su personalidad artística. Enrolado en el cultivo del paisaje como género casi excluyente de su labor, fue marcado significativamente por los cánones de la "Escuela de La Haya". De ella trajo, como bagaje singular, una paleta de colores suaves que se abrían con gamas sutiles y de la que se excluían, por meditada decisión, los contrastes enérgicos y las profundidades sombrías.
Durante los treinta y cinco años que vivió entre nosotros, Jacques Witjens alternó sus afanes de artista entre el descubrimiento permanente de la tierra nueva, a la que recorrió con el entusiasmo de un pionero, y la nostálgica recreación del paisaje perdido.
Playas abiertas, senderos serranos, quietos riachos del Delta, fueron los escenarios preferidos, en los que mínimas anécdotas colocan a la figura humana como dato que dimensiona aún más la magnitud del paisaje americano. La contracara de este segmento espléndido de su obra son los breves canales, los puertos, los molinos y las iglesias plantadas en las tierras bajas de la Holanda que había quedado atrás.
Este contraste aparente queda revelado como mero índice clasificatorio cuando de la contemplación de la labor plástica de Witjens surge con firmeza un único mensaje: su amor por el paisaje, no ya como "absoluto" panteísta, sino como escenario sublime para la aventura del hombre.
El espléndido conjunto de obras que en esta ocasión presenta Estudio Garrido Abogados nos brinda la oportunidad de penetrar en el mundo sutil de Jacques Witjens y aprehender de él la síntesis magistral que, formas y colores mediante, supo plasmar de los dos mundos en que repartió su vida.
Adrian Gualdoni Basualdo
Junio de 2012