Eventos de Arte
Salta, paisaje y tradición
La representación plástica del entorno y sus circunstancias es una necesidad del hombre que comienza a manifestarse en tiempos y ámbitos cavernarios, y que mantiene plena vigencia en los días que corren. No ha habido cultura civilización, época o período de la historia que no registre el sensible paso de artistas que, con los lenguajes y técnicas de su momento y lugar, expresaron esta necesidad en obras que hoy son testimonios de un pasado, lejano o cercano, e incluso del presente.
Salta, en el extremo norte de nuestro país, provincia tan rica en cultura y tradiciones, no es una excepción a lo que afirmamos, y a partir de un paisaje bin diverso, pero siempre bello, generó la inquietud de artistas nativos de la provincia, afincados en ella, o incluso de viajeros de tránsito tal vez fugaz, pero imperecedero en sus obras.
Desde las alturas andinas, reino de cóndores y ancestrales civilizaciones hasta los llanos vallistos galopados por la caballerías patriotas, y las selvas de exuberante vegetación, la geografía salteña es un enclave de vinculación entre los pueblos y los frutos de la planicie pampeana, el antiguo Incario y la Amazonia.
Los artistas plásticos no vacilaron ante el desafío de narrar en sus imágenes esta propuesta tan rica y diversa, y esta exposición que hoy presentamos, integrada con obras de la colección Paideia, es sólo una reducida muestra de lo mucho que Salta ofrece en este campo. Son éstas las raíces de un vigoroso movimiento artístico que hoy, transmutado a los códigos del arte contemporáneo, ha convertido a Salta en uno de los polos de la expresión plástica de nuestro país. Abre esta muestra José Antonio Usandivaras, salteño de origen, con cuatro de sus pequeños paisajes rurales de cuidada factura e iluminado clima. Carlos Ripamonte es uno de los nombres consulares del arte argentino, miembro del liminar grupo Nexus, y cronista atento de la vida del paisano criollo. Supo el holandés Jacques Witjens recorrer el territorio que adoptó como propio, y con maestría teñida de nostalgia, enhebró escenarios de su Europa con los paisajes de la tierra nueva. Precursor del concepto de fusión, en la Entrada a misa que lo representa en esta muestra compone el tema con un eclesial portal gótico y un grupo de caracterísiticos habitantes de la puna.
A Ceferino Carnacini, paradigma del artista viajero, ningun paisaje nacional le fue ajeno. De Salta a la Patagonia y del Riachuelo a Mendoza, todas las geografíasmovilizaron su inspiración. El napolitano Egidio Cerrtio y el valenciano José Roig cambiaron una vez y para siempre su Mediterráneo natal por la luz tamizada de la Argentina profunda. Y a su turno, pasaron por Salta con sus trastos de pintor, dejando la huella de sus obras. También Tomás Di Taranto integró las huestes de la inmigración italiana, ayudando con su arte a completar el registro visual de un país que aún no se conocía del todo. Tito gando y Luis Macaya, Rodrigo Bonome, el tucumano Demetrio Iramain y Adán Pedemonte fueron paisajistas de raza, de los que transitaban los duros caminos de su época a la busca de ese rincón que les pedía pincel y paleta.
Más cercanos en el tiempo, Emilio Romero y los contemporáneos Jorge Frasca y Marcela Rettig aportan a sus disímiles estilos una visión respetuosa de las formas pero plena de libertades compositivas. Atardecer en Los Molinos, del porteño Frasca , ha sido la pintura elegida como portada de esta muestra que, en pleno otoño citadino, nos trae en brazos del arte el aire tibio del sol de Salta.
Adrián Gualdoni Basualdo, Mayo 2009